La calavera de la Susona: entre la leyenda y la cerámica original




La calavera de la Susona: entre la leyenda y la cerámica original

En una de las callejuelas más estrechas del Barrio de Santa Cruz, donde las sombras se enredan con el blanco de las paredes y el murmullo del turismo se atenúa, hay una mirada fija que ha desafiado al tiempo: la calavera de la Susona. Un pequeño azulejo, discreto y fácil de pasar por alto, que señala el lugar donde, según la leyenda, un día colgó una cabeza real.

Susona Ben Suson: belleza y tragedia en la Sevilla del siglo XV

Susona Ben Suson vivió en los últimos años de la judería sevillana, hija de un rico comerciante judío. Sevilla, en pleno siglo XV, era una ciudad dividida: la comunidad judía, pese a su peso económico, vivía bajo la sombra de tensiones religiosas que acabarían explotando.

La leyenda cuenta que Susona, enamorada de un caballero cristiano, le confió un secreto fatal: un plan de rebelión que su padre y otros líderes de la judería estaban organizando. El aviso llegó a las autoridades y el resultado fue la detención y ejecución de los implicados, incluido su propio padre.

El último deseo de Susona

Marcada por la culpa, Susona se retiró a un convento. Antes de morir, pidió que, como advertencia perpetua, su cabeza fuera colgada en la puerta de su casa. Durante años, aquel macabro recordatorio presidió la calle.

Del cráneo real al azulejo

Con el paso del tiempo, la calavera auténtica desapareció, sustituida por un pequeño azulejo cerámico con una calavera pintada. Esta pieza, de dimensiones reducidas, es la que realmente conecta con la historia original: un azulejo sencillo, sin texto, incrustado en la fachada, que marca el punto exacto donde, según la tradición, estuvo la cabeza de Susona.

Años después, se colocó un panel más vistoso, con la leyenda escrita en azulejos y un marco decorativo, para uso turístico y explicativo. Sin embargo, este panel no es la pieza histórica: la verdadera reliquia cerámica es el azulejo mínimo con la calavera, que muchos visitantes pasan por alto al centrarse en el mural narrativo.

Dónde encontrarla

La calle de la Susona es un pasadizo silencioso en pleno corazón del Barrio de Santa Cruz. Desde la Plaza de Alfaro, basta con internarse en el laberinto hasta encontrar una fachada encalada con dos señales: el panel explicativo moderno y, unos centímetros más arriba o a un lado, la pequeña calavera cerámica original.

Entre mito y memoria

Hoy, la historia de la Susona oscila entre el mito romántico y el hecho histórico distorsionado por los siglos. La calavera pintada en cerámica no es un adorno: es un eco de piedra vidriada que nos recuerda que Sevilla guarda sus leyendas no solo en la memoria oral, sino también en los pequeños detalles que sobreviven a los siglos.

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